domingo, 8 de noviembre de 2009

El Resumen

CONCEPTO.

El resumen es la redacción de un texto nuevo a partir de otro texto, exponiendo las ideas principales o más importantes del texto original de manera abreviada. Generalmente, tiene el formato típico de cualquier texto, con párrafos y oraciones gramaticalmente completas, y puede tener una longitud variada.
El resumen no es sólo una simple reducción informativa de un original, sino un texto nuevo que intenta adaptarse a las características de un nuevo contexto comunicativo. Al hacer un resumen, es preciso plantearse primero con qué finalidad se realiza, quién será su destinatario, qué espera el destinatario del resumen, o en qué medio laboral o académico se desarrolla la actividad de resumir el texto en cuestión.
El autor del resumen se mantiene en un segundo plano y se esfuerza en ser objetivo por crear una síntesis coherente y comprensible del texto original; por tanto debe descartar su interpretación crítica y concentrarse únicamente en plantear el concepto general del texto con todas sus ideas fundamentales.
En un resumen deben suprimirse las aclaraciones puestas entre comas, los ejemplos, las redundancias y las ideas secundarias que sólo están ahí para alargar el texto; en este sentido sólo deben incluirse las ideas principales y las ideas secundarias que son necesarias para ello.

TIPOS.

El resumen informativo: sintetiza el contenido del texto original, el mensaje de la comunicación, y es muy útil para dar una idea rápida y general del original.
El resumen descriptivo explica la estructura del escrito, así como las partes fundamentales, las fuentes o el estilo, y es muy útil en el caso de originales extensos o complejos porque ayudan al lector a comprender la organización del texto y localizar en él los datos que le puedan interesar.
El abstract es una variante del resumen generalmente de tipo descriptivo, que encabeza los artículos científicos. Habitualmente se incluye en el propio artículo, después del título y en la primera página. Su función es informar sobre el contenido del texto a fin de que los posibles lectores se puedan hacer una idea general en poco tiempo y decidir si les interesa leer el documento íntegro. Formalmente, es un resumen básicamente informativo que sintetiza las aportaciones más destacadas del artículo: el tema que se propone estudiar, la metodología aplicada, y, sobre todo, los resultados obtenidos. En general, no incluye datos concretos, como cifras, porcentajes, etc., y no supera las 15 líneas de extensión. No obstante, en algunos congresos o publicaciones se dan pautas más concretas para la realización del abstract.
La síntesis consiste en resumir diversos textos que tratan un mismo tema o temas relacionados. Esta técnica de reducción textual te permite reunir los elementos esenciales de más de un texto para obtener un resumen coherente. No se trata de producir un resumen diferente de cada texto, sino un solo resumen que sintetice y relacione los textos de partida.

FINALIDAD.}

a) Seleccionar y organizar las ideas o datos más importantes e interesantes del texto original (una lección, un capítulo de un libro), ya sea para estudiar, para presentar una exposición oral o para hacer un trabajo académico.
b) Definir y esquematizar la información esencial de un tema, de manera que, al hacer el resumen, puedes comprobar si has entendido bien su contenido o bien si tienes dificultades en algún aspecto concreto.
c) Facilitar la comprensión y el aprendizaje de nuevos conocimientos, y, al mismo tiempo, la preparación de tus apuntes y exámenes.

CARACTERÍSTICAS.

Extensión proporcionada -es decir, que la extensión del resumen no ha de ser ni demasiado grande ni demasiado pequeña en relación con el texto de procedencia-. Aun cuando el nivel de retoricismo o de conceptuosidad con que está concebido un texto es uno de los principales factores que influye en la extensión del resumen del mismo, proponemos, como simple hipótesis -que habrá que confirmar o desechar, a la vista del texto original-, que la extensión del resumen oscile en torno al 25% en relación con la del original del cual procede.

Compatibilidad entre brevedad y claridad. El resumen ha de ser, a la vez, breve -o sea, de corta extensión- y claro -es decir, inteligible, fácil de comprender-. Brevedad y claridad pueden alcanzarse empleando el léxico con la propiedad y precisión debidas, recurriendo a una sintaxis en la que predomine la parataxis -coordinación- sobre la hipotaxis -subordinación-, y condensando -cuando sea posible- varios parágrafos del original en uno solo, lo que implica el empleo del punto y seguido con preferencia al punto y aparte.

Objetividad, incompatible con interpretaciones subjetivas de la información. Aunque el resumen se efectúa siempre desde una perspectiva personal que, en último término, es la responsable de la selección de la información, nunca debe traicionarse en él, con valoraciones subjetivas, el mensaje del texto original o la intención última del autor al escribirlo.

Exclusión de informaciones complementarias que no figuran recogidas en el original. Debe evitarse la incorporación al resumen de nuevas ideas que presuntamente enriquecerían la información ofrecida por el texto original, porque ello supondría una grave alteración de aquél, que incluso podría desvirtuar gravemente su sentido.

Empleo de medios lingüísticos expresivos de carácter personal, capaces de configurar un estilo propio. El resumen se efectuará empleando los propios medios de expresión lingüística, y no los usados por el autor del original, cuyo estilo ha de evitarse, además, "reproducir", en beneficio de un estilo personal propio.

• Estructura perfectamente vertebrada que garantice la coherencia y cohesión interna. Puesto que el resumen es un nuevo texto independiente del original del que procede -aun cuando haya de remitir a él fácilmente-, ha de poseer una estructura interna propia que relacione coherentemente sus diferentes partes y manifieste su carácter unitario.

Expresión gramaticalmente correcta. En todo momento el resumen ha de resultar correcto desde el punto de vista gramatical; y la necesaria concisión -brevedad y economía de medios en el modo de expresar las ideas con exactitud- en modo alguno ha de lograrse violentando la sintaxis o envileciendo la expresión.

EXTENSIÓN.

Las dimensiones de un resumen dependen, en buena medida, de la naturaleza del texto de referencia. Y así, por ejemplo, un texto puede resultar excesivamente largo no por la riqueza de las ideas que contiene -que pueden ser muy pocas-, sino por la retórica con que están desarrolladas; y, a la inversa, con poca extensión, un texto puede albergar un cúmulo de ideas relevantes. De igual manera, un original puede presentar una significativa división en parágrafos -cada uno de los cuales serviría para expresar una idea completa-, o bien puede prescindir de los puntos y aparte, en busca de una mayor concatenación lógica de las ideas; circunstancias que, de alguna forma, podrían afectar también a la extensión.

Pero, en cualquier caso, y sin entrar a considerar otros factores de tipo sintáctico y estilístico que condicionan la redacción del texto original, la extensión "idónea" de un resumen podría oscilar entre un veinte y un treinta por ciento de la del texto de referencia. Y así, por ejemplo, para un original de 40 líneas, el resumen puede alcanzar las 10 líneas -entre 8 y 12-; y para un original de 60 líneas, el resumen puede oscilar en torno a las 15 líneas -entre 12 y 18-. Esta forma de "calcular" la extensión de un resumen tiene la consideración de mera hipótesis -que habrá de ser confirmada o rechazada con el texto original a la vista-, pero ayuda a eliminar el riesgo de convertir el resumen en una simple paráfrasis del original o, por el contrario, en unas cuantas líneas -no siempre coherentes- que mutilan la información esencial y que, por no remitir al texto original, no podrían ser entendidas por un lector que lo desconociera.

Sea como fuere, ha de tenerse presente, que la disminución de palabras que con respecto al original implica todo resumen no debe afectar al contenido significativo de aquél, sino tan solo a las ideas accesorias; pero, también, que debe evitarse caer en la palabrería vana efectuando una paráfrasis hueca del texto, amplificación contraria a la propia esencia del resumen.

PASOS PARA REALIZAR UN RESUMEN

1.
Análisis del contexto. Conviene analizar las características del texto original, determinar su destinatario, concretar los propósitos de la reducción y escoger el tipo de reducción más adecuado. Para ello, puedes plantearte estas preguntas:
 ¿Qué características presenta el original?
 ¿Para quién es el resumen? ¿Para mí? ¿Para otra persona?
 ¿Qué se pretende hacer con el resumen? ¿Qué voy a hacer después con él?

2. Comprensión del original y selección de los datos. Consiste en comprender el texto original que hay que reducir y discriminar los datos relevantes de les irrelevantes, de acuerdo con la finalidad de la reducción. Se pueden hacer varias lecturas y marcar el texto: subrayarlo, identificar las partes que lo componen, etc. Puedes responder estas preguntas:
 ¿Cuál es su mensaje o significado esencial?
- Intenta reducir el sentido global del tema a una frase.
 ¿Cuáles son las ideas o los puntos fundamentales del texto? ¿Qué datos del original deben incluirse en la reducción, de acuerdo con el objetivo final del resumen?
 ¿Qué datos del original se pueden omitir en la reducción?
- Identifica las ideas principales y diferéncialas de los ejemplos y las ideas secundarias.
 ¿Qué estructura tiene el texto?
- Se trata de descubrir el plan del texto, ver su articulación lógica, es decir, cómo se van relacionando las diferentes ideas de una manera lógica.
- Observa la disposición del texto en párrafos: con frecuencia, cada párrafo desarrolla una idea central.
- Es muy útil subrayar las palabras clave de cada idea esencial y señalar los conectores que te pueden mostrar cómo es la articulación lógica del texto.
 ¿Cuál es el esquema del texto?
- Estos primeros pasos se tendrían que reflejar en un esquema, que será el paso previo a la redacción final del resumen.
 ¿Cómo se estructurarán los datos en la reducción?
- Si observas el esquema del texto, seguro que puedes identificar nuevas relaciones entre las ideas que has retenido. Esto te puede sugerir nuevas formas de organizar estas ideas y reflejarlas en la redacción del resumen.

3. Textualización. Consiste en redactar el resumen, de acuerdo con los criterios (objetivos) marcados en la fase inicial de análisis del contexto y aplicando las diversas operaciones de reducción.
Ahora bien, ¿Cuáles son las operaciones de reducción?
Elisión: Se suprimen los contenidos y las expresiones que presenten informaciones redundantes o no absolutamente necesarias.
Generalización: Se realiza una abstracción de la información común o redundante con el propósito de formar un concepto general.
Fusión y reorganización: Se seleccionan contenidos importantes y algunas informaciones complementarias, para elaborar un concepto o una idea que los contenga todos. Después se reúnen los contenidos importantes.
Condensación y reorganización: Se sintetizan varios contenidos esenciales en una sola idea.

4. Corregir: En esta etapa final debemos verificar ortografía y gramática y pedir revisión a otra persona.

Según Ana María Maqueo los pasos a seguir en su elaboración son cuatro:

1.- Leemos con atención un texto.
2.- Separamos en bloques de ideas.
3.- Subrayamos las ideas principales.
4.- Redactamos el resumen enlazando las ideas principales con los nexos correspondientes.

Primer paso
1.-Es necesario que comprendas lo que lees; por lo que te recomendamos usar un diccionario cuando encuentres palabras de significado desconocido.
Segundo paso
Después de leer cuidadosamente el texto y comprenderlo en su totalidad, se procede a identificar y separar las ideas importantes de aquéllas que son usadas para apoyar o explicar las primeras.
Una buena orientación para separar en bloques es revisar en la redacción la separación de párrafos. Todo escrito está dividido en estos apartados, unidades más pequeñas de texto separadas por puntos y aparte.
Generalmente se acepta que a cada unidad de éstas le corresponde la exposición y el desarrollo de una idea principal, apoyada por otras relacionadas con ella. Así, los autores organizan y estructuran la información que proporcionan al lector por medio de los párrafos, señalando visualmente el momento en que termina una idea y comienza otra.
Conforme es mayor la complejidad y profundidad con que es tratado un tema, la extensión de un texto y- en consecuencia- sus divisiones pueden ser mayores y más difícil localizar las ideas principales; sin embargo, el proceso en esencia es el mismo para cualquier escrito.
Tercer paso
Para que sea más clara aún la identificación de las ideas principales éstas pueden subrayarse, con lo cual al releer el texto estarán destacados los aspectos que el autor considera esenciales.
Cuarto paso
Con base en nuestro subrayado, reescribimos el texto, más pequeño, donde sólo conservamos lo básico, unido por nexos o enlaces para que sea más fácil su lectura.
Recuerda que sólo estamos seleccionando lo más relevante, sin hacer cambios o alterar palabras del autor. Por esta razón nuestro resumen se hará usando las mismas palabras.


REFERENCIAS:
• http://www.institutoleones.edu.mx
• http://ciucab.wordpress.com
• http://parles.upf.edu
• www.aplicaciones.info
• http://www.psicopedagogia.com/tecnicas-de-estudio/resumen

sábado, 17 de octubre de 2009

Linguistica: breve reseña historica

Historia de la lingüística
La historia de la lingüística está construida desde la antigüedad por una tradición de ideas y tratados sobre el lenguaje tales como la retórica, la gramática, la filología, la morfología y la sintaxis para fundirse en esta ciencia que queda comprendida en la semiología y ésta a su vez en la psicología social.
La historia de la lingüística por razones de estudio puede dividirse en dos grandes etapas, cada una de las cuales contiene diferentes puntos de vista o postulados sobre los que gira el estudio del lenguaje y la lengua. Estas etapas son: la lingüística pre científica y la lingüística moderna.

1. Lingüística pre científica
La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos del lenguaje ha pasado por tres fases sucesivas antes de reconocer cuál es su verdadero y único objeto.
Se comenzó por organizar lo que se llamaba la gramática. Este estudio, inaugurado por los griegos y continuado especialmente por los franceses, estaba fundado en la lógica y desprovisto de toda visión científica y desinteresada de la lengua misma; lo que la gramática se proponía era únicamente dar reglas para distinguir las formas correctas de las formas incorrectas; se trataba de una disciplina normativa, muy alejada de la pura observación y su punto de vista era, por lo tanto, necesariamente estrecho.
Después apareció la filología. Ya en Alejandría existía una escuela filológica, pero este término se asocia sobre todo con el movimiento científico creado por Friedrich August Wolf a partir de 1777, que continúa hasta nuestros días. La lengua no es el único objeto de la filología, que quiere sobre todo fijar, interpretar, comentar los textos. Este primer estudio lleva también a la historia literaria, de las costumbres, de las instituciones, etc.; en todas partes usa el método que le es propio, que es la crítica. Si aborda cuestiones lingüísticas, es sobre todo para comparar textos de diferentes épocas, para determinar la lengua particular de cada autor, para descifrar y explicar inscripciones redactadas en una lengua arcaica u oscura. Sin duda estas investigaciones son las que se prepararon para lingüística histórica: los trabajos de Ritschl sobre Plauto pueden ya llamarse lingüísticos, pero, en ese terreno, la crítica filológica falla en un punto: en que se atiene demasiado servilmente a la lengua escrita, y olvida la lengua viviente. Por lo demás la antigüedad grecolatina es la que la absorbe casi por entero.
El tercer período comenzó cuando se descubrió que las lenguas podían compararse entre sí. Este fue el origen de la filología comparada o gramática comparativa. En 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz Bopp estudió las relaciones que unen el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc. y comprendió que las relaciones entre lenguas parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. Pero esta escuela, con haber tenido el mérito indisputable de abrir un campo nuevo y fecundo, no llegó a constituir la verdadera ciencia lingüística. Nunca se preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de estudio. Y sin tal operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método.

1.1 El mundo griego
La especulación lingüística comenzó esporádicamente entre los filósofos retóricos presocráticos. Se discutieron dos cuestiones fundamentales: hasta qué punto el lenguaje era "natural", y hasta qué punto "convencional"; y hasta qué punto el lenguaje es analógico (estructurado y ordenado mediante reglas), y hasta qué punto es anómalo (variable, irregular e impredecible.) Ya aparecen cuestiones lingüísticas en algunos diálogos de Platón, como el Crátilo, por lo cual es probable que Sócrates ya se interesase por esas cuestiones. Luego, Aristóteles retomó el interés por el lenguaje y trató cuestiones lingüísticas relacionadas con la retórica y la crítica literaria en sus obras Retórica y Poética. A pesar de que Platón y Aristóteles se interesaron por las cuestiones del lenguaje, fueron los filósofos del Estoicismo los primeros en reconocer a la lingüística como una rama separada de la filosofía.
En la época helenística, el estudio de la lingüística era necesario, ya que el imperio de Alejandro Magno era muy extenso y dentro de él se hablaban muchas lenguas diferentes. Por eso se crearon institutos de enseñanza de la lengua griega (la lengua oficial del imperio), como medio de cohesión y dominio de los pueblos bajo la influencia griega. Asimismo, los estudiosos intentaban preservar los niveles de gramática y estilo griegos que habían alcanzado los grandes autores clásicos. Algunos estudiosos del lenguaje se orientaban hacia la literatura (como Dionisio de Tracia); otros, hacían mayor referencia a los principios lógicos y psicológicos que subyacen al lenguaje.
1.2 El mundo romano
Cuando Roma entró en contacto con Grecia, la lingüística estaba ya bien desarrollada. Basándose en las gramáticas griegas, los estudiosos romanos intentaron concebir la gramática de la lengua latina. Había tantas semejanzas entre ambas lenguas, tanto tipológicas como lexicales, que se llegó a difundir la idea errónea de que el latín descendía directamente del griego, con alguna mezcolanza bárbara. Solo hubo un gramático que demostró originalidad en sus estudios: Marco Terencio Varrón (116-27 a. C.). Varrón realizó una larga disquisición acerca de la lengua latina, en la que investigó su gramática, su historia y su uso contemporáneo. Asimismo, trató cuestiones de lingüística general, como la controversia entre analogía y anomalía. Llegó a la conclusión de que el lenguaje es análogo, está gobernado por reglas; que es tarea del lingüista descubrir y clasificar esas reglas; que existen anomalías, pero que son semánticas o gramaticales y que éstas deben aceptarse y registrarse, pero que no es parte del trabajo del lingüista el tratar de mejorar la estructura de la lengua desafiando el uso establecido. Una opinión bastante revolucionaria, teniendo en cuenta las ideas de aquella época y las de hoy en día. Desde los comienzos de la era cristiana apareció un gran número de gramáticas latinas. Las más importantes son la de Donato y la de Prisciano.
1.3 La Europa Medieval
Durante la Edad Media, los textos de Donato y Prisciano fueron esenciales para la enseñanza del latín —la lengua oficial del Imperio Romano de Occidente y posteriormente de la Iglesia—, en que se basaba toda la educación y los estudios lingüísticos. En la etapa conocida como Renacimiento Carolingio, la obra de Prisciano cobró cada vez más importancia, hasta que se convirtió en la base erudita para la enseñanza de la gramática. Alrededor del siglo XII, se produjo un resurgimiento de la filosofía europea a manos de hombres como San Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo, siempre dentro de la Iglesia, único sostén de la educación. A raíz de los contactos que Europa tuvo con la erudición griega del Este se retomó la lectura de los textos de Aristóteles, con lo cual renació el estudio del griego. Gracias a este resurgimiento, cambió la concepción de la gramática latina, considerada más como una disciplina filosófica que didáctica y literaria. Con los estudios gramaticales controlados por los filósofos, se la empezó a considerar como un medio de relacionar el lenguaje con la mente humana. "La teoría del lenguaje con la que operaban los gramáticos especulativos adoptaba tres niveles interrelacionados: realidad externa o formas en las que el mundo existe, sus propiedades reales (modi essendi), las capacidades de la mente para aprehender y comprender éstas (modi intelligendi) y los medios a través de los cuales la humanidad puede comunicar esta comprensión (modi significandi)".
El aporte más importante de la gramática especulativa es la teoría de la gramática universal. Gracias al estudio de las lenguas vernáculas, los gramáticos llegaron a la conclusión de que todos lo seres humanos tienen la capacidad de aprender un lenguaje, y que las diferencias no son más que accidentes. Los estudios gramaticales se dejaron de lado, por considerarse de escaso interés teórico. Lo mismo ocurrió con el estudio de los textos clásicos latinos. Sin embargo, nunca fueron desechados del todo. Y en el Renacimiento fueron definitivamente retomados.
1.4 El Renacimiento
En 1492 aparece la primera gramática castellana de Antonio de Nebrija, en la que se eleva esta lengua a la categoría de la toscana, heredera privilegiada del latín.
Durante todo el siglo XVI aparecen gramáticas de lenguas vernáculas (español, francés), de lenguas indígenas (quechua, náhuatl), lo que demuestra la necesidad que tienen el nacionalismo político, por un lado, y la Iglesia por otro, de disponer de un instrumento de identificación y de divulgación respectivamente. A pesar de ello, no decae el interés por el estudio del latín, entre otras razones porque una vez desaparecido el latín vulgar como lingua franca, existe en el Renacimiento la imperiosa necesidad de rescatar el latín clásico como lengua de cultura. Al mismo tiempo, el interés que ha despertado el estudio de las lenguas vulgares hace posible estudios comparativos que buscan sus rasgos comunes y más generales.
1.5 La Ilustración
En efecto, durante el Renacimiento, la eclosión de las lenguas vernáculas va a dar lugar a la revitalización de las investigaciones sobre la lengua perfecta o común. En esta línea aparece la Minerva de el Brocense o la conocida gramática de Port-Royal, que actúa como eslabón entre las teorías racionalistas del s. XVII y las del XVIII.
A propósito del origen del lenguaje y sus relaciones con el pensamiento, el siglo XVIII se halla dividido entre hipótesis racionalistas e hipótesis empírico censistas. Muchos pensadores de la Ilustración están influidos por los principios cartesianos que se habían expresado, a nivel semiótico, en la Grammaire (1660) y La Logique (1692) de Port-Royal. Autores como Nicolas Beauzée y César Chesneau du Marsais intentan distinguir un perfecto isomorfismo entre lengua, pensamiento y realidad, y en esta línea discurrirán muchas de las discusiones sobre la racionalización de la gramática. Frente a ello se encuentra la llamada lingüística ilustrada, representada por Condillac,
1.6 La lingüística comparada
Será con la llegada del romanticismo cuando se produzca un importante resurgir de todo lo que tenga que ver con la cultura de los pueblos y de las naciones, con sus particularidades, y en consecuencia, con lo que pudiera significar la expresión del alma del pueblo. En este contexto, uno de los aspectos más apreciados será el de las lenguas nacionales como principal expresión del alma de los pueblos, de ahí el resurgimiento en esta época de abundantes estudios comparativos, etnográficos y descriptivos relacionados con la lengua. Las lenguas tienen vida, se quiere saber cómo son, por qué cambian, para qué se usan realmente, cuál es su origen. Se busca el parentesco entre las distintas lenguas, las leyes que expliquen las analogías, los elementos comunes y diferenciales, etc.
El descubrimiento del sánscrito significa todo un empujón en este sentido. En 1786, William Jones establece el parentesco del sánscrito con el latín, el griego y las lenguas germánicas. Posteriormente, en 1816, en una obra titulada Sistema de la conjugación del sánscrito, Franz Bopp comprendió que las relaciones entre lenguas parientes podían convertirse en una ciencia autónoma. Pero esta escuela, con haber tenido el mérito indisputable de abrir un campo nuevo y fecundo, no llegó a constituir la verdadera ciencia lingüística. Nunca se preocupó por determinar la naturaleza de su objeto de estudio. Y sin tal operación elemental, una ciencia es incapaz de procurarse un método.
El primer error, y el que contiene en germen todos los otros, es que en sus investigaciones -limitadas por lo demás a las lenguas indoeuropeas- nunca se preguntó a qué conducían las comparaciones que establecía, qué es lo que significaban las relaciones que iba descubriendo. Fue exclusivamente comparativa en vez de ser histórica; pero, por sí sola, no permite llegar a conclusiones. Y las conclusiones se les escapaban a los comparatistas, tanto más cuanto se consideraba el desarrollo de dos lenguas como un naturalista lo haría con el cruzamiento de dos vegetales.
Hasta 1870, más o menos, no se llegó a plantear la cuestión de cuáles son las condiciones de la vida de las lenguas. Se advirtió entonces que las correspondencias que las unen no son más que uno de los aspectos del fenómeno lingüístico, que la comparación no es más que un medio, un método para reconstruir los hechos.
La lingüística propiamente dicha, que dio a la comparación el lugar que le corresponde exactamente, nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. Los estudios románicos inaugurados por Friedrich Diez -su Gramática de las lenguas romances data de 1836-1838- contribuyeron particularmente a acercar la lingüística a su objeto verdadero. Y es que los romanistas se hallaban en condiciones privilegiadas, desconocidas de los indoeuropeístas; se conocía el latín, prototipo de las lenguas romances, y luego, la abundancia de los documentos permitía seguir la evolución de los idiomas en los detalles. Estas dos circunstancias limitaban el campo de las conjeturas y daban a toda la investigación una fisonomía particularmente concreta. Los germanistas estaban en situación análoga; sin duda el protogermánico no se conoce directamente, pero la historia de las lenguas de él derivadas se puede seguir, con la ayuda de numerosos documentos, a través de una larga serie de siglos. Y también los germanistas, más apegados a la realidad, llegaron a concepciones diferentes de la de los primeros indoeuropeístas.
Un primer impulso se debió al americano William D. Whitney, el autor de La vida del lenguaje (1875). Poco después, se formó una escuela nueva, la de los neogramáticos, liderada por alemanes. Su mérito consistió en colocar en perspectiva histórica todos los resultados de las comparaciones, y encadenar así los hechos en su orden natural. Gracias a los neogramáticos ya no se vio en la lengua un organismo que se desarrolla por sí mismo, sino un producto del espíritu colectivo de los grupos lingüísticos. Al mismo tiempo se comprendió cuan erróneas e insuficientes eran las ideas de la filología y de la gramática comparada

2. Lingüística moderna
La lingüística moderna tiene su comienzo en el siglo XIX con las actividades de los conocidos como neogramáticos, que, gracias al descubrimiento del sánscrito, pudieron comparar las lenguas y reconstruir una supuesta lengua original, el protoindoeuropeo (que no es una lengua real, sino una reconstrucción teórica).
No será, sin embargo, hasta la publicación póstuma del libro Curso de lingüística general (1916), del suizo Ferdinand de Saussure, que se convierte la lingüística en una ciencia integrada en una disciplina más amplia, la semiología, que a su vez forma parte de la psicología social, y defina su objeto de estudio. La distinción entre lengua (el sistema) y habla (el uso) y la definición de signo lingüístico (significado y significante) han sido fundamentales para el desarrollo posterior de la nueva ciencia. Sin embargo, su perspectiva —conocida como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores, como de corte empirista— será puesta en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor parte de sus frutos y por lo tanto sus limitaciones quedaban más de relieve.
En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky crea la corriente conocida como generativismo. Con la idea de solventar las limitaciones explicativas de la perspectiva estructuralista, se produce un desplazamiento del centro de atención que pasa de ser la lengua como sistema (la langue saussuriana) a la lengua como proceso de la mente del hablante, la capacidad innata (genética) para adquirir y usar una lengua, la competencia. Toda propuesta de modelo lingüístico debe pues —según la escuela generativista— adecuarse al problema global del estudio de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el realismo mental de lo que se propone; por eso al generativismo se le ha descrito como una escuela mentalista o racionalista.
Tanto la escuela chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así —ambas por igual— con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX y que es conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las escuelas tradicionales chomskiana y saussuriana reciben conjuntamente el nombre de formalistas. Los autores funcionalistas —algunos de los cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje no puede ser estudiado de forma autónoma descartando el "uso" del lenguaje. La figura más relevante dentro de esta corriente tal vez sea el lingüísta holandés Simon Dik, autor del libro Functional Grammar. Esta posición funcionalista acerca la lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio y a la variación lingüística.
La escuela generativista y la funcionalista han configurado el panorama de la lingüística actual: de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes de la lingüística contemporánea. Tanto el generativismo como el funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje, no sólo la descripción de las estructuras lingüísticas.

2.1 Principales escuelas lingüísticas
Con estos precedentes y el impulso de la corriente estructuralista que se adueña de la metodología aplicada a las ciencias sociales y etnográficas, surge la figura del suizo Ferdinand de Saussure, quien señala las insuficiencias del comparatismo al tiempo que acota claramente el objeto de estudio de la lingüística como ciencia —a la que integra en una disciplina más amplia, la semiología, que a su vez forma parte de la psicología social—, a saber, el funcionamiento de los signos en la vida social, en su "Curso de Lingüística General", una edición póstuma de sus lecciones universitarias realizada por sus alumnos. Lo fundamental del aporte de Saussure como padre de la nueva ciencia fueron la distinción entre lengua (sistema) y habla (realización), y la definición de signo lingüístico (significado y significante). Sin embargo, su enfoque —conocido como estructuralista y que podemos calificar, por oposición a corrientes posteriores, como de corte empirista— será puesto en cuestión en el momento en que ya había dado la mayor parte de sus frutos y por lo tanto sus limitaciones quedaban más de relieve.
En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky crea la corriente conocida como generativismo. Con la irrupción de esta escuela de éxito fulgurante, puesto que las limitaciones explicativas del enfoque estructuralista eran evidentes, hay un desplazamiento del foco de atención que pasa de ser la lengua como sistema (la langue saussureana) a la lengua como producto de la mente del hablante, la capacidad innata para aprender y usar una lengua (la competencia chomskiana). Según Chomsky, la capacidad de aprender una lengua es genética. Plantea una cuestión fundamental: el argumento de Platón: ¿cómo es posible que el ser humano aprenda un sistema tan complejo (basado en las jerarquías) a partir de estímulos tan pobres e incompletos? Es decir, la persona que ha aprendido una lengua es capaz de formular enunciados que nunca antes ha escuchado, porque conoce las reglas según las cuales los enunciados deben formarse. Este conocimiento no es adquirido mediante el hábito (sería imposible) sino que es una capacidad innata. Todo ser humano que nace ya lleva consigo esta capacidad, que es la Gramática Universal, reglas gramaticales que rigen a todas las lenguas por igual.
Toda propuesta de modelo lingüístico debe pues —según la escuela generativista— adecuarse al problema global del estudio de la mente humana, lo que lleva a buscar siempre el realismo mental de lo que se propone; por eso al generativismo se le ha descrito como una escuela mentalista o racionalista.
Tanto la escuela chomskiana como la saussureana se plantean como objetivo la descripción y explicación de la lengua como un sistema autónomo, aislado. Chocan así —ambas por igual— con una escuela que toma fuerza a finales del siglo XX y que es conocida como funcionalista. Por oposición a ella, las escuelas tradicionales chomskiana y saussureana reciben conjuntamente el calificativo de formalistas. Los autores funcionalistas —algunos de los cuales proceden de la antropología o la sociología— consideran que el lenguaje no puede ser estudiado sin tener en cuenta su principal función: la comunicación humana. La figura más relevante dentro de esta corriente tal vez sea el lingüista holandés Simon C. Dik, autor del libro Functional Grammar. Esta posición funcionalista acerca la lingüística al ámbito de lo social, dando importancia a la pragmática, al cambio y a la variación lingüística.

Referencias.
• SIMONE, R. Fundamentos de lingüística, Barcelona, Ariel.

La monografía (3)

La monografía
Una monografía se considera científica si cumple con las siguientes pautas:
• Trata un objeto de estudio (tema) de manera tal que pueda ser reconocible para los demás;
• La investigación dice cosas sobre ese objeto que no se han dicho antes o lo aborda desde una óptica distinta de la ya difundida;
• Es útil a los demás;
• Proporciona elementos que permitan confirmar o refutar las hipótesis que presenta, de manera tal que otros puedan continuar el trabajo o ponerlo en tela de juicio.
2. Tipos de monografía
Monografía de compilación: el alumno, después de elegir el tema, analiza y redacta una presentación crítica de la bibliografía que hay al respecto. Es importante tener buen nivel de comprensión y "ojo crítico" para referirse a los diferentes puntos de vista y exponer la opinión personal tras una revisión exhaustiva.
Monografía de investigación: se aborda un tema nuevo o poco explorado y se realiza la investigación original; para eso hay que conocer lo ya se ha dicho y aportar algo novedoso.
Monografía de análisis de experiencias: es frecuente que se emplee este tipo de monografía en las carreras que implica una práctica, por ejemplo, en Medicina durante la época de residencia, o bien en el ejercicio profesional, se analizan experiencias, se sacan conclusiones, se compara con otras semejantes, etc.
3. Pasos para realizar una monografía
1. Aparición de la idea o asignación del tema.
2. Búsqueda de información, primeras lecturas exploratorias y consulta a personas expertas en la materia.
3. Presentación del objeto en aproximadamente en quince líneas. Este momento es muy importante porque consiste en la escritura del enunciado y la delimitación del tema.
4. Elección definitiva del tema y lecturas complementarias. En este paso aumenta el compromiso del autor con el objeto de estudio.
5. Plan operativo: consiste en definir concretamente las tareas por realizar, planificar el trabajo, controlar el desarrollo, plantear las dificultades, etc.
6. Realización de las tareas previstas y redacción del primer borrador.
7. Evaluación intermedia: a partir de una relectura detallada, se pueden hacer los ajuste necesarios. También, se puede consultar nuevamente a las personas idóneas (frecuentemente hay un tutor o director de tesis que orienta el trabajo). Si es necesario, modificar la planificación inicial.
8. Plan de redacción definitivo: para exponer el trabajo, se ajustan los títulos, párrafos, cantidad de páginas, gráficos, etc.
A continuación, se desarrollan en detalle algunos de estos pasos.
Elección del tema
Los temas pueden ser numerosos y diversos; en caso de ser asignados por el profesor, sólo habrá que reflexionar sobre cómo presentarlos y no alejarse del asunto por tratar.
Cuando es el alumno el que elige, conviene tener en cuenta las reglas que cita Umberto Eco en la obra antes mencionada:
Que el tema responda a los intereses del autor.
Que las fuentes a as que recurra sean asequibles, es decir, al alcance físico del alumno, ya que debe pensar en el tiempo disponible y en los recursos con que se cuenta.
Que las fuentes sean manejables, es decir, al alcance cultural e intelectual del alumno,
Que el autor esté en condiciones de dominar la metodología que ha decidido emplear.
Es conveniente preguntarse antes de la elección definitiva del tema:
o ¿Es posible desarrollarlo en el tiempo y con la bibliografía disponible?
o ¿No es demasiado amplio, abarcativo, vago o impreciso?
o ¿Existe algún libro o artículo de lectura imprescindible?
o ¿Por dónde empezar?
o El tema que deseo tratar, ¿es posible?
A veces, después de estas reflexiones, es necesario desechar el tema; otras, es suficiente con modificarlo o cambiar la perspectiva para abordarlo.
Si se elige un tema muy abarcativo, por ejemplo, la mujer en la literatura, se corre el riesgo de no poder tratarlo con detenimiento; en cambio, un tema preciso, la influencia de Alfonsina Storni en la literatura argentina de comienzos de siglo, restringe el campo y facilita el trabajo.
En el momento de la elección del tema, se debe considerar, además, la situación particular del autor—monografía—investigador, reconocer las propias limitaciones, los intereses personales, la disponibilidad de tiempo, la posibilidad de consulta de documentos o libros, el manejo de idiomas para el acceso a determinado material, etc.
La búsqueda del material
Una vez definido el objeto de estudio o tema de la monografía, es necesario valerse de fuentes, es decir, libros, documentos (estadísticas, entrevistas, grabaciones, fotografías, etc.), artículos de diarios o revistas que hagan verificable el trabajo y, a la vez, permitan a los lectores profundizar el tema.
Para la elaboración de la monografía hay que estar al tanto del "estado de la cuestión", esto quiere decir, por un lado, conocer los trabajos realizados sobre el tema, y por otro, consultar las obras de síntesis relacionadas con el contexto temático que enmarca la tesis. Por ejemplo, si el tema por investigar fuera la necesidad de asistencia psicológica a los jugadores de las divisiones inferiores de los clubes de fútbol, habrá que acudir a textos sobre dinámica grupal, psicología social, liderazgo, psicología evolutiva, etc.
Ya nos hemos referido a la búsqueda de información en bibliotecas e Internet y al uso de fichas y ficheros en este mismo libro. Ampliar las referencias bibliográficas del material consultado, conviene no cometer los siguientes errores, que suelen ser muy frecuentes:
1. Colocar sólo la inicial del nombre del autor; esto suele producir confusión, por ejemplo, Álvarez, J. Puede hacer referencia a >José el pintor argentino que utilizó el seudónimo Fray Mocho (1858-1903), o a Juan Álvarez (1790-1867), político mexicano.
2. Colocar el lugar de impresión y no el lugar de edición; para evitar esto se debe recurrir al reverso de la portada donde está el Copyright y no al colofón.
3. Colocar el lugar de edición y no el nombre de l editorial. En Madrid se publican infinidad de obras, por lo tanto, hay que mencionar la editorial responsable.
Plan operativo: Es conveniente una vez definido el tema y realizada una primera búsqueda de materiales, organizar un plan de trabajo tentativo. Este será breve y se irá completando, transformando y afinando sobre la marcha.
Puede indicar la posible división en capítulo y esbozar un índice provisional.
Plan de redacción: Este plan muestra la forma definitiva de la monografía, es detallado; contiene todos los títulos y en lo posible el de cada párrafo. Prevé, además, el número aproximado de páginas para cada capítulo, (aunque puede variar luego es útil saber que extensión y profundidad tendrá cada tema).
Primer borrador: Vale recordar aquí que la escritura es un proceso. Nadie escribe "de un tirón", ni "de una vez y para siempre". Es necesario, pues, revisar, corregir y encontrar la expresión más adecuada para cada situación. Mucho ha facilitado esta tarea el uso de los procesadores de texto: cambiar un párrafo de lugar, agregar o quitar oraciones, precisar el léxico empleado resultan tareas sencillas. Pero ponerse en la piel del lector al que va dirigido el texto en cuestión ya implica un esfuerzo mayor. Hay que imaginar cuánto sabe del tema, qué debe explicarse y qué no, qué referencias acerca del contexto en que se eligió el tema hay que brindarle, qué menciones a la bibliografía se deben consignar, cuánto recuerda del capítulo anterior y cuánto debe ser reiterado, qué distancia tomar respecto del escrito (por ejemplo, mantener la forma impersonal se cree, se ha probado o incluirse a través e la primera persona del plural: creemos, hemos afirmado, etc.). Todas estas son decisiones que debe tomar el que escribe la monografía sin que ningún procesador pueda ayudarlo. Y son estas decisiones las que contribuirán en buena medida a conseguir la eficacia del texto; por eso deben ser tenidas en cuenta desde la primera versión que se haga del trabajo y ajustarse y controlarse en las sucesivas reescrituras.
Aunque se haya leído mucho sobre el tema y se sepa que decir, la hoja en blanco suele producir cierta parálisis. Por lo tanto, conviene empezar a escribir aunque sea en forma desordenada a partir de lo se vaya presentado ante cada título y no buscar inmediatamente una forma definitiva. Revisar, releer y corregir serán las herramientas indispensables en esta etapa de redacción.
Si fuera posible, también ese puede señalar en este punto del trabajo, las imágenes o cuadros que se podrían incluir más adelante.
Conviene esbozar, además, la introducción y la conclusión para la monografía, aunque en sucesivas revisiones haya que hacer modificaciones. De esta manera, se tendrá una versión completa y una visión de conjunto de lo producido hasta el momento.
Redacción definitiva: Es indudable que no existe la posibilidad de dar indicaciones que aseguren el éxito de la escritura. También en esta tarea hay mucho de práctica, de borradores que se descartan, de comentarios de los lectores, de aprendizaje que se hace con la escritura misma.
• Oraciones y párrafos
En lo posible, se trata de no escribir párrafos ni oraciones muy largos. Si en el borrador se han dejado fluir las ideas, esta es la hora de acotarlas, separarlas y evitar la profusión de pronombres y subordinadas.
Es conveniente releer varias veces y desde le principio el escrito para comprobar su cohesión y mantener la unidad temática.
Por ejemplo, es preferible repetir un sujeto, antes que no saber de quién se habla si se emplea un pronombre. Otras veces, es necesario reordenar las ideas porque se comprueba que algunas se desvían del tema y deben formar parte de otro capítulo.
La subdivisión en párrafos y la inclusión de subtítulos, en general, facilita la comprensión.
Al elegir títulos y subtítulos debe pensarse que sean a la vez significativos respecto del contenido del texto y atractivos para el lector. Un titulo sugerente invita ala lectura, y es posible imaginar versiones más interesantes que la sola enunciación del contenido.
La puntuación es, sin duda, garantía de comprensión, pero no pueden darse reglas ‘particulares para la redacción de una monografía. La única indicación posible es que no deben usarse puntos suspensivos (salvo en las citas en que se ha omitido algún fragmento), ni signos de exclamación. Para los demás casos. Se puede consultar algún libro de gramática o diccionario que incluya las reglas generales.
Citas y notas al pie
Una monografía se nutre de gran variedad de materiales escritos que deben ser citados según las normas en uso.
En líneas generales, los textos consultados se pueden parafrasear, es decir, explicar o ampliar. También en este caso debe citarse la fuente. Toda vez que se transmite literalmente una frase de otro autor, debe consignarse la correspondiente referencia bibliográfica.
Si la cita fuera breve, puede aparecer a lo largo del texto entre comillas, en caso de citas textuales, conviene destacarlas de alguna manera, por ejemplo usando un margen izquierdo más amplio o mediante bastardillas.
En cuanto al uso de las notas, conviene recordar las más frecuentes:
• Indican la referencia bibliográfica de una cita. Aunque hemos señalado que hay otras maneras de dar esta indicación dentro del texto, es conveniente que figuren a pie de página o al final del capítulo para que el lector ubique rápidamente los datos que le interesen.
• Agregan datos sobre bibliografía complementaria. También conviene registrarla a pie de página.
• Remiten a otras partes del trabajo. Cuando es necesario consultar otro capítulo un otra sección del mismo capítulo, el señalamiento se hace mediante una nota al pie.
• Amplían una información. Para no recargar el texto con explicaciones o argumentos secundarios, se los desarrolla a pie de página.
• La bibliografía
La bibliografía está compuesta por la referencia bibliográfica de los libros, artículos, documentos, etc. consultados al elaborar la monografía, hayan sido citados a lo largo del texto o no.
Si no es muy extensa, puede ubicarse al final del trabajo. Cuando se trata de monografías de mayor envergadura, suele consignarse, además, la bibliografía correspondiente al final de cada capítulo.
La forma de organizarla varía según las necesidades puede hacerse por orden alfabético, ordenando de esta manera los apellidos de los autores, dividirla por temas, determinando cuáles son los fundamentales y agrupando por orden alfabético a los autores de cada uno; o bien, clasificarlas por tipos de documentos; libros, artículos, cartas, leyes, etc.
Aspectos gráficos
Cuando se ha releído la monografía completa varias veces, y se han corregido oraciones, párrafos y hasta capítulos enteros; cuando todo parece estar controlado, revisado y terminado, aún falta poner a punto el diseño de las páginas, la reorganización de la información en forma de gráficos, la inclusión de imágenes, la elaboración del índice, es decir, la presentación general.
En lo que se refiere a títulos y subtítulos. Es necesario destacarlos de alguna manera, aunque manteniendo el criterio para cada categoría (por ejemplo, los títulos se escriben en negrita y subrayados y los subtítulos sólo se subrayan.) Ambos se colocan junto al margen.)
La sangría, al comenzar cada párrafo puede ser de dos o tres espacios. También debe tenerse en cuenta qué se subraya a lo largo del texto:
• Las expresiones extranjeras que no sean de uso común.
• Los nombres científicos.
• Los términos técnicos. Los títulos de libros, películas, diarios, poemas, cuadros.
• Las frases (no demasiado largas) que presenten una tesis o su demostración.
Otro de los asuntos por considerar, en esta puesta a punto, es el de las imágenes y gráficos incluidos. Cada vez que aparezca un mapa, una fotografía, etc. será necesario acompañada del epígrafe correspondiente, es decir, la leyenda que indique de qué se trata y cuál es la por fuente de la que procede.
Además, habrá que evaluar qué información puede ser presentada en forma de cuadro, infografía, red conceptual, etc. y proceder a diagramar la página en consecuencia.
El índice
El índice debe contener todos los títulos y subtítulos de la monografía con las mismas palabras y la indicación de la página en donde se encuentran. Suele ubicarse al principio o al final del trabajo, pero es más cómodo de consultar si está al comienzo.
Relectura del original
El control de detalles finales debe ser exhaustivo.
Resulta indispensable hacer una lectura de corrido del texto para evaluar la coherencia global, la relación entre las ideas, las repeticiones, la necesidad de agregar conectores y todos los aspectos de la cohesión.
Algunos puntos débiles del texto que conviene revisar especialmente son:
• La relación de los títulos y subtítulos (se advierte con una lectura de corrido).
• Las conexiones entre los párrafos y los capítulos entre sí.
• La numeración de capítulos y parágrafos debe ser correlativa.
• La precisión de notas y referencias bibliográficas.
• La corrección de la ortografía y la puntuación,
• Las palabras repetidas.
Apéndice
Es indudable que cualquier trabajo académico requiere de la integración y producción personales, a través de síntesis, comentarios y resúmenes de los textos que nos proporcionan las fuentes de información, para que nuestro documento contenga; alguna porción de originalidad.
Para aquellos que se inician en estas disciplinas, recomendamos leer primero la información requerida y después expresarla con palabras propias. Ejemplo:
La idea de fundación de la Casa del Obrero Mundial partió de los líderes españoles Juan Francisco Moncaleano y Eloy Armental, en cuyo derredor se agruparon Rosendo Salazar; Celestino Gasca, Antonio Díaz Soto y Gama, Lázaro Gutiérrez de Lara, Manuel Sarabia, Rafael Pérez Taylor, etcétera. El fin de los fundadores fue crear un órgano orientador de las masas obreras que empezaban a sindicarse y a luchar por la unificación del movimiento obrero. Interpretación del texto:
Con objeto de crear un órgano que orientara a las incipientes masas obreras que luchaban por la unificación de la clase trabajadora, los líderes españoles Juan Francisco Moncaleano y otros concibieron la idea de fundar la Casa del Obrero Mundial
De más está recordar que es conveniente conocer el significado de las palabras que transcribamos y utilicemos.
Citas textuales
No obstante las consideraciones anteriores, en ocasiones se hace necesario observar ciertas formalidades para evitar confusiones e imprecisiones.
En principio, toda cita textual debe proporcionar los datos de la fuente donde se extrajo la información, ya sea que se mencione en el texto o en una nota a pie de página.
• Cita Mixta
Se hace cuando sea necesario agregar o anteponer a una síntesis, comentario o resumen, las palabras textuales del autor, como complemento o evidencia.
• Cita Textual
En ella se recogen exclusivamente fragmentos o párrafos completos del texto original, debido a que sea difícil resumir o sintetizar, o para probar lo asentado por un autor, o para apoyar o criticar un comentario. Es la que presenta más variables. (Se debe evitar el exceso de esta clase de citas, ya que como antes dijimos —la finalidad de cualquier trabajo académico requiere de la integración y producción personales.) La transcripción debe ser correcta y estar entrecomillada al principio y al final.
Cuando se desee resaltar un párrafo o una palabra, se subrayan éstos y se indica, al final de la nota correspondiente, que el subrayado es nuestro:

• La bibliografía
La bibliografía es una lista en la cual se describen las características editoriales de cada una de las fuentes consultadas por el autor sobre determinada materia.

La monografía (2)

PLAN GENERAL PARA REALIZAR UNA MONOGRAFÍA

A continuación se señalan cada una de las etapas que se deben cumplir para realizar una monografía:

• Selección de la idea o asignación del tema.
• Búsqueda de la información, exploración de los contenidos, consultorías apersonas especialistas en la temática.
• Presentación del objeto a investigarse en cierto número de líneas (15).
Este momento es importante ya que consiste en la redacción del enunciado y la delimitación de la temática.
• Elección definitiva del tema y lecturas complementarias.
• Parte operativa, es la planificación específica del trabajo.
• Elaboración de las tareas fijadas y redacción del primer borrador.
• Necesidad de una evaluación intermedia; por medio de una relectura, se hacen los ajustes necesarios; además se puede reestructurar la planificación.
• Elaboración de un plan de redacción definitivo para exponer el trabajo; se hacen ajustes a la planificación, citas textuales, títulos, temas y subtemas entre otros.
• Redacción final; al terminar la relectura, se elabora la escritura definitiva.
• Observación, apreciación y proyección del trabajo, mediante la socialización.

¿CÓMO HACER UNA MONOGRAFÍA?

La monografía, como toda investigación, necesita establecer un esquema, para que el trabajo sea excelente. Si partimos de un sinnúmero de datos hasta las últimas apreciaciones, obtendremos información suficiente, que nos lleve a la aplicación y con ello encontrar conocimientos relevantes.
Son múltiples los esquemas que se detallan para elaborar una monografía; pero el más aceptado por las condiciones exploratorias es el siguiente:

• PORTADA O FORMATO
Es la primera parte de la redacción que permite conocer el contenido monográfico. La portada consta de:
• Nombre de la institución.
• Nombre de la materia
• Título del trabajo.
• Subtítulo, si es necesario o existiera.
• Nombre del alumno o autor
• Materia de referencia.
• Curso.
• Especialización.
• Fecha.

ESTRUCTURA DEL TRABAJO MONOGRÁFICO

La estructura de todo trabajo monográfico es:
• Índice.
• Prólogo.
• Introducción.
• Sustento científico.
• Planteamiento del problema.
• Delimitación hipotética con objetivos.
• Variables.
• Desarrollo por capítulos.
• Análisis, conclusiones y recomendaciones.
• Addendum.
• Bibliografía.

• ÍNDICE
Aquí se codifica una lista que corresponde a un orden lógico por capítulos, temas y subtemas del trabajo monográfico.

• PRÓLOGO
Son las palabras que se anteponen al cuerpo de la obra, en la cual se analiza por medio de una crítica constructiva la investigación, sin dejar de lado las ventajas y desventajas, así como aquellos desafíos que se pueden ir suscitando.

• INTRODUCCIÓN
En esta parte se redacta el propósito del trabajo; también se expone de forma rápida los mecanismos y procedimientos empleados. Orienta al lector sobre los alcances y limitaciones de la monografía, explica el porqué se eligió la temática, los imperativos y los objetivos que animan al investigador a estudiar.

• MARCO TEÓRICO
Conocido como sustento científico, es un conjunto de ideas, opiniones, principios y demás factores que se entrelazan en el desarrollo del tema. El término "marco" significa que existe un límite imaginario en el cual se desenvuelve la investigación. Al realizar el marco teórico, deben tomarse en cuenta los siguientes elementos:

• EL PROBLEMA.
Sabemos que el problema es la antesala de la investigación; es un hecho, proceso, fenómeno o destacamento observable; debe ser formulado con claridad de conceptos y asumiendo gran responsabilidad en el tratamiento teórico y metodológico que impone la ciencia.

• HIPÓTESIS.
Es la respuesta que se da a los diferentes problemas de investigación; está sujeta a demostración. Su planteamiento es en cuatro formas; declarativa, positiva, negativa e interrogativa.

• OBJETIVOS.
Es la enunciación de lo que queremos alcanzar. Hay objetivos generales (logros finales) y objetivos específicos (parciales, respecto al avance del estudio). Se los plantea con verbo en infinitivo. Ejemplo: Relacionar la tecnología imperialista con la tercermundista.

• VARIABLES.
Son los factores que admiten cierta clasificación y una medida respectiva; pueden cambiar cualitativa o cuantitativamente.
• DESARROLLO.
Es la realización del trabajo de investigación; remitiéndose a la bibliografía consultada; utiliza pie de página y citas textuales. Las monografías se las elabora por capítulos en los cuales se detalla toda la investigación efectuada. Se pueden incluir: fotografías, cuadros, croquis, planos, diagramas, dibujos, tablas. Hay tratadistas que recomiendan que estos factores, deban ubicarse como anexos al final.

• ANÁLISIS, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La verificación de las elementos hipotéticos planteados se conoce como análisis, al establecer un análisis del trabajo monográfico, inducimos al estudiante (investigador) a la formulación de sus propias tesis, convicciones y ponencias.
Toda conclusión es el juicio de valor que el monografista ha podido formar durante la investigación. Las conclusiones deben emitir aportes al conocimiento del problema, al igual que serán redactados en firme línea de acción con los objetivos.
El investigador, al trabajar en la monografía, plantea necesariamente recomendación las mismas que pretenden solucionar cada uno de los problemas que han suscitado en la labor investigativa.

• ADDENDUM
• Aquí se recopila todo material que se utilizó en la realización de la monografía, ya sean formularios, test, mapas, esquemas, nomencladores. Es recomendable establecer un sumario para el addendum.

• BIBLIOGRAFÍA
Cuando ya se terminó de elaborar la monografía, se enlistan las referencias de revistas, folletos, libros, documentales, módulos, ensayos, entre otros, los redactan en forma ordenada, alfabética y secuencial.
El instante que se empiece a trabajar en la bibliografía, debemos hacer referencias a las fichas bibliográficas; es decir, para saber elaborar las citas textuales de libros, revistas, periódicos, entre otros.
La bibliografía consultada deberá incorporarse al finalizar el trabajo, por orden alfabético de los apellidos de los autores.
Son pautas para la inclusión de bibliografía: si se trata de libros, consignar para cada título: apellido y nombre del autor o los autores, en mayúsculas; año de publicación entre paréntesis; título del libro citado, en letra inclinada; lugar de edición (ciudad), editorial, en este mismo orden.
Si se trata de artículos de revistas o capítulos de libros, se indicará: apellido y nombre del autor o los autores con mayúsculas; año de publicación; título del artículo entre comillas, título de la publicación (libro o revista) con letra inclinada; volumen, número del ejemplar, si se trata de revistas; ciudad de publicación y editorial, se trate de libros o revistas.
Si se trata de artículos de Internet o periodísticos, se indicarán los apellidos y nombres de autores, por orden alfabético; la fecha con día, mes y año (diarios); el nombre de la publicación o el sitio web; la ciudad y el país de procedencia
del material.
Los gráficos e ilustraciones se intercalarán en el texto, con títulos al pie que aclaren el contenido de los mismos.
Si se emplean citas textuales de algún autor, deberán incluirse entre comillas, y al finalizar la cita, entre paréntesis, No se aceptarán textos copiados, es decir, sin indicar su procedencia. Las citas no deberán exceder, cada una, de algunos renglones.
La monografía requiere elaboración personal, por lo cual no podrá limitarse a citar autores. Es una falta de ética profesional copiar autores sin citar las fuentes, lo cual constituye plagio. Si el trabajo incluye material plagiado, no será aprobado.
Es importante atender a la claridad de la redacción, de modo de trasmitir comprensiblemente las ideas que se desea expresar, así como revisar la ortografía y la sintaxis.
La diagramación del texto y ubicación de los gráficos, ilustraciones, notas, etc, así como el tipo y tamaño de letra utilizada, pueden contribuir a hacer más legible el texto.
Para preparar el trabajo se podrá recurrir a noticias periodísticas, elaboración de encuestas aplicadas a un determinado grupo de personas (alrededor de 20 casos); reportajes a especialistas en el tema que se trate, o entrevistas, informaciones o informantes provenientes de organizaciones no gubernamentales o gubernamentales que se relacionen con el tema; presentación y análisis de fragmentos de videos alusivos, etc.
Durante la presentación en clase especial, se podrán utilizar recursos auxiliares (proyector de video, grabaciones, retroproyector, etc.) o dinámicas para la participación del grupo que presencia la clase.

Al final de la monografía se incluirá
Un comentario personal respecto a su participación en la elaboración del trabajo y su proceso de aprendizaje respecto al tema presentado.


PORTAL CONSULTADO: www.liceolosalamos.edu.ec/comunicaciones/plan%20monografia.pdf

La monografía (1)

¿Cómo hacer una monografía?

Es una práctica docente muy extendida pedir a los alumnos la elaboración y posterior presentación por escrito de trabajos de investigación (monografías). Esta exigencia, que comienza en el nivel medio, se intensifica luego en el nivel terciario y universitario. De hecho, no pocas carreras tienen seminarios de investigación como materias finales o exigen la presentación y defensa de una tesis.

Tanto el proceso de investigación como la redacción del informe final siguen determinados pasos y responden a pautas que iremos presentando a continuación. Vale aclarar que se trata de procedimientos que se han ido consolidando a partir de su aplicación por parte de los estudiantes y, en lo que se refiere a la presentación de los escritos, de formalidades que cambian según las convenciones dominantes en cada lugar.

En la elaboración del trabajo monográfico deben seguirse los siguientes pasos. (El orden en que aparecen es el orden lógico pero no necesariamente el cronológico, porque suele ocurrir que un paso lógicamente posterior se concreta antes que otro o remite a él con tanta fuerza que le impone modificaciones.)

• Elección del tema a tratar

• Recorte del tema

• Búsqueda del material de referencia

• Fichaje

• Esbozo del esquema

• Primera redacción

• Redacción definitiva y presentación

ELECCIÓN DEL TEMA A TRATAR

El tema sobre el que versará el trabajo monográfico suele proceder de las inquietudes del propio investigador, pero puede también ser sugerido o impuesto por el docente que se lo encarga a un alumno o por el cliente que lo requiere a un equipo de investigación.

El tema tiene siempre una amplitud mayor que la que puede abarcar el trabajo de investigación. Por ello, el paso siguiente consistirá en recortar el tema, para limitarlo a las cuestiones específicas de las que nuestro trabajo dará cuenta. De todos modos, y antes de recortar el tema, es de suma importancia adentrarse en él consultando bibliografía general.

Por ejemplo, si pienso realizar un trabajo de investigación sobre Karl Marx sería conveniente que consulte alguna enciclopedia o alguna Historia del Pensamiento para informarme sobre su vida y sus obras. Podría dar una lectura rápida al Manifiesto del Partido Comunista, si es que se encuentra a mi alcance. También podría leer sobre los movimientos socialistas en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y sobre las revoluciones comunistas del siglo XX.

RECORTE DEL TEMA
Según sean las exigencias, el material con que se cuenta, el tiempo de que se dispone y la propia capacidad, ha de recortarse el tema de modo de precisar claramente qué preguntas se tratará de responder.

Es de suma importancia que el recorte se realice bien. Si el trabajo es demasiado amplio, perderá profundidad. Si es demasiado acotado, será excesivamente sencillo y breve o, si es extenso, se perderá en la reflexión de aspectos irrelevantes. Cabe también la posibilidad de que, sin ser ni demasiado abarcativo ni demasiado exiguo, el recorte falle al delimitar una temática de escaso valor dentro del tema general.

El recorte del tema debe quedar explicitado en el propio título del trabajo monográfico. En un trabajo de investigación, no se debe hacer uso de un título indirecto o poético. "El nombre de la rosa", título tan bueno para una novela, sólo serviría para una monografía que tratase sobre el nombre científico de esta flor o sobre la etimología de la palabra "rosa".

Siguiendo con el ejemplo de Marx, si él era nuestro tema, el recorte podría hacerse en base a una etapa de su vida (por ejemplo, sus años de estudio en Berlín); a alguno/s de sus escritos (por ejemplo, los escritos de juventud); a una de sus ideas centrales (por ejemplo, crítica de la religión); etc. Y esto debería reflejarse en el título del trabajo: "Marx en Berlín", o "Los escritos del joven Marx", o "Marx, crítico de la religión".

BÚSQUEDA DEL MATERIAL DE REFERENCIA
Antes de comenzar la investigación propiamente dicha, tenemos que determinar con precisión a qué material referido al tema tendremos acceso. Si no contamos con el mínimo indispensable tendremos que desistir de nuestra intención de llevar el trabajo adelante.

Podemos clasificar al material de referencia en fuentes y autores. Llamamos fuentes a los textos que se relacionan directamente, de primera mano, con nuestro tema. Si realizamos una investigación sobre Kant consideraremos "fuente" a cualquier escrito que provenga directamente de ese autor (ya sea un libro, carta, etc.). Llamaremos "autores" al resto del material que, si bien habla sobre el autor, no procede directamente de él (por ejemplo, alguna Historia de la Filosofía). Por supuesto, el material de fuentes es el más importante y pierde profundidad y seriedad un trabajo en el cual, pudiendo recurrirse a fuentes, sólo se recurre a autores.

En las tesis de licenciatura y, con más razón, en las doctorales, es indispensable haber accedido a toda la bibliografía de importancia publicada sobre el tema a tratar, ya que se trata de hacer investigación de punta. No es tan rígida esta exigencia en las monografías realizadas en la carrera de Profesorado, ya que allí cuenta más la exposición sintética y didáctica y puede admitirse que un trabajo que reúna esas características se realice sin un riguroso "rastrillaje" de todo lo publicado hasta hoy sobre el tema.

A la hora de buscar material de referencia, resulta muy útil visitar las bibliotecas y recorrer sus ficheros, tanto temáticos como de autores. También podemos buscar material en Internet, a través de los buscadores, centros de información, almacenes de trabajos y resúmenes. En muchos de ellos se puede solicitar un artículo o capítulo determinado, el cual es enviado por medios electrónicos o por correo. En las enciclopedias y diccionarios especializados suelen aparecer referencias muy valiosas. También recorrer las librerías puede ser un modo alternativo de tomar contacto con material al que podremos tener acceso y enterarnos de lo que sobre nuestro tema se está leyendo hoy.

FICHAJE
El fichaje es una técnica utilizada especialmente por los investigadores. Es un modo de recolectar y almacenar información. Cada ficha contiene una información que, más allá de su extensión, le da unidad y valor propio.

Las fichas tradicionales son de cartulina y se venden en las librerías a un precio muy accesible. Sin embargo, hoy es muy común recolectar la información en una base de datos. Llegado el caso, se puede imprimir la información así acumulada con el formato de la ficha tradicional y con la prolijidad propia de las impresoras.

Hay distintos tipos de fichas:

• De resumen: contienen el resumen de un libro completo, de un capítulo, o de un apartado de un libro.
• De síntesis: contienen la síntesis de un libro completo, de un capítulo, o de un apartado de un libro.
• De citas: contienen una afirmación textual (y no un conjunto encadenado de afirmaciones como el resumen y la síntesis).
• Personales: contienen una idea que se nos ha ocurrido y que queremos conservar evitando que caiga en el olvido. No llevan la indicación bibliográfica.
Si el fichaje se realizó correctamente, se podrá prescindir del libro y realizar los trabajos monográficos a partir de ellas. Para eso deben incluir todos los datos del libro que sean necesarios para poder citarlo.

Tipo de ficha: con una letra mayúscula se indica si se trata de una ficha de resumen (R), de síntesis (S), de cita (C) o personal (P). En las fichas de resumen y de citas se sobreentiende que el contenido es textual, por lo que no se colocan las comillas.

Título: se aconseja darle un nombre a cada ficha que sintetice su contenido y permita ubicarla con mayor facilidad.

Datos bibliográficos: la única que no los lleva es la personal. Allí deben constar los datos del libro que se está citando, resumiendo o sintetizando: apellido del autor; inicial se su primer nombre seguida de punto; año de edición del libro; título del libro en letra itálica seguido de punto; nombre de la ciudad en la que se editó seguido de dos puntos y nombre de la editorial. Con estos datos se puede citar el libro sin necesidad de volver a él.

Relación con otras fichas: si la ficha en cuestión se relaciona por afinidad u oposición con el contenido de otra, esto puede ser indicado para que en un futuro, al reflexionar sobre cualquiera de ellas no se deje de tener en cuenta a la otra.

Número de página: como las citas se realizan indicando el número de página, además de los datos del libro arriba indicados, es importante que quede claro en qué página dice el autor lo que estamos copiando. Para ello se anota el número de página en el margen izquierdo y se indica con una doble barra oblicua (//), en el texto, el cambio de página.
Contenido: aquí se coloca el resumen, la síntesis, la cita o la idea que se nos ha ocurrido, según sea el tipo de ficha del que se trate. Si bien esta es la parte más importante de la ficha, pierde casi todo su valor si no se ha completado la información bibliográfica. Un posible esquema para la elaboración de fichas es el siguiente:

PRIMERA REDACCIÓN
El trabajo se redactará en un primer momento en borrador. En el caso en que la situación lo permita, lo ideal es que este borrador sea corregido por el profesor ante quien se deberá presentar el trabajo terminado, de modo que si tiene alguna observación que hacer se esté a tiempo de corregirlo. Si esto no es posible, y al profesor se le presenta directamente la redacción final, es muy conveniente recurrir a un profesor tutor u otra persona versada en el tema que pueda realizar esa corrección. Es conveniente que una tercera persona nos ayude a mirar el trabajo desde fuera y revise tanto la claridad de la exposición y el contenido del trabajo como la redacción o la ortografía.
Al redactar, es aconsejable hacer uso de oraciones breves y párrafos que no sean ni cortos ni largos en exceso. Cada párrafo debe tener una unidad, es decir, debe expresar y desarrollar una idea.

REDACCIÓN DEFINITIVA Y PRESENTACIÓN
La redacción definitiva se hará corrigiendo la primera redacción en base a las observaciones realizadas por el profesor, el tutor o quien nos haya hecho el favor de leer críticamente nuestro trabajo. No significa ello que debemos reformar todo según el criterio del corrector, pero sí que debemos tomar sus observaciones seriamente en cuenta y replantearnos con humildad si es necesario realizar correcciones o reformas para mejorar la redacción y favorecer la comprensión por parte del lector.

La presentación se hará siguiendo las convenciones exigidas por la institución en la que se ha realizado la investigación. De todos modos, damos aquí algunas indicaciones que pueden ser de utilidad:

El trabajo debe contar de las siguientes partes:

• Carátula Debe incluir el nombre de la institución, el de la asignatura, el del docente, el del alumno que realiza el trabajo y la fecha de entrega.
• Introducción: Presenta el informe señalando las grandes líneas de la exposición y las fuentes en las que se ha basado el autor en su investigación.

• Desarrollo: Es el cuerpo del trabajo. En él se presentan los datos relevantes recogidos y las deducciones que a partir de ellos hemos realizado. El desarrollo puede dividirse de distintas formas: en partes, capítulos y secciones / en capítulos y secciones / sólo en secciones.

• Conclusión: Sintetiza y expresa las afirmaciones finales a las que hemos arribado a partir de los datos y deducciones reflejados en el cuerpo del trabajo. Debe estar en sintonía con la introducción, respondiendo a las preguntas que en ella se formulaban. Las respuestas no han de ser necesariamente concluyentes. Una investigación seria puede concluir afirmando que no se cuenta con la información suficiente como para dar una respuesta definitiva sobre el tema en ella planteado.

• Notas y Citas: Las notas (que son textos propios o citas de terceros que el autor no considera conveniente incluir en el texto propiamente dicho) y las citas (indicaciones bibliográficas de los textos citados en el trabajo) pueden colocarse al pie de la página, al final de cada capítulo o al final del trabajo. En las citas ha de indicarse el nombre del autor, el título de la obra, la Editorial, la ciudad, el año de edición del libro y el número de la página de la que se ha extractado el pasaje citado.

• Índice: Indica la página en la que comienza cada una de las partes, capítulos y subtítulos. Puede colocarse después de la Conclusión o antes de la Introducción.

Bibliografía Se debe indicar todo el material bibliográfico utilizado (libros, artículos de revistas, sitios de Internet).

PORTAL CONSULTADO:
www.scribd.com/doc/7055878/Como-Hacer-Una-Monografia
























Bibliografía: http://www.uiowa.edu/~acadtech/phonetics/spanish/frameset.html

Fonética articulatoria: punto y modo de articulacion de los fonemas en español-

Clasificación de los fonemas por el punto y modo de articulación.

1. Los fonemas vocálicos
Cuando articulamos los sonidos vocálicos, el aire no encuentra obstáculos en su salida desde los pulmones al exterior. Para clasificar estos fonemas, tendremos en cuenta los siguientes factores:
• La localización (punto de articulación). Se refiere a la parte de la boca donde se articulan. Pueden ser anteriores (/e/, /i/), medio o central (/a/) o posteriores (/o/, /u/).
• La abertura (modo de articulación). Se refiere a la abertura de la boca al pronunciarlos. Pueden ser de abertura máxima o abierto (/a/), de abertura media o semiabiertos (/e/, /o/) y de abertura mínima o cerrados (i, u)

RASGOS DE LOS FONEMAS VOCALES
/a/ - Localización media y abertura máxima
/e/ - Localización anterior y abertura media
/i/ - Localización anterior y abertura mínima
/o/ - Localización posterior y abertura media
/u/ - Localización posterior y abertura mínima

2. Los fonemas consonánticos.
En la articulación de los sonidos consonánticos siempre hay un obstáculo más o menos grande que impide salir el aire desde los pulmones al exterior. Según las circunstancias que rodean esta salida del aire, existen ciertos factores que debemos tener en cuenta a la hora de clasificarlos:

RASGOS MOTIVADOS POR EL PUNTO DE ARTICULACIÓN
Bilabial Los dos labios. /p/, /b/, /m/
Labiodental Labio inferior y dientes superiores. /f/
Interdental Lengua entre los dientes. /o/
Dental Lengua detrás de los dientes superiores. /t/, /d/
Alveolar Lengua sobre la raíz de los dientes superiores. /s/, /l/, /r/, /r/, /n/
Palatal Lengua y paladar. /c/, /y/, /l/, /ñ/
Velar Lengua y velo del paladar. /k/, /g/, /x/

RASGOS MOTIVADOS POR EL MODO DE ARTICULACIÓN
Oclusivo Cierre total y momentáneo del paso del aire. /p/, /b/, /t/, /d/, /k/, /g/, /n/, /m/
Fricativo Estrechamiento por donde pasa el aire rozando. /f/, /z/, /x/, /s/
Africado Se produce una oclusión y después una fricación. /c/, /ñ/
Lateral El aire pasa rozando los lados de la cavidad bucal. /l/, /l/
Vibrante El aire hace vibrar la punta de la lengua al pasar. /r/, /r/

RASGOS MOTIVADOS POR LA INTERVENCIÓN DE LAS CUERDAS VOCALES
Sordo No vibran las cuerdas vocales. /p/, /t/, /k/, /c/, /o/, /s/, /x/, /f/
Sonoro Vibran las cuerdas vocales. /b/, /o/, /d/, /l/, /r/, /r/, /m/, /n/, /l/, /y/, /g/

RASGOS MOTIVADOS POR LA INTERVENCIÓN DE LA CAVIDAD NASAL
Nasal Parte del aire pasa por la cavidad nasal. /m/, /n/, /ñ/
Oral Todo el aire pasa por la boca. El resto

CUADRO RESUMEN DE LOS RASGOS DE LOS FONEMAS CONSONANTES
/p/ - bilabial, oclusivo, sordo
/b/ - bilabial, oclusivo, sonoro
/t/ - dental, oclusivo, sordo
/d/ - dental, oclusivo, sonoro
/k/ - velar, oclusivo, sordo
/g/ - velar, oclusivo, sonoro
/f/ - labiodental, fricativo, sordo
/o/ - interdental, fricativo, sordo
/s/ - alveolar, fricativo, sordo
/x/ - velar, fricativo, sordo
/c/ - palatal, africado, sordo
/r/ - alveolar, vibrante, sonoro
/r/ - alveolar, vibrante, sonoro
/l/ - alveolar, lateral, sonoro
/l/ - palatal, lateral, sonoro
/m/ - bilabial, nasal, sonoro
/n/ - alveolar, nasal, sonoro
/ñ/ - palatal, nasal, sonoro
/y/ - fricativo, palatal, sonoro