jueves, 1 de octubre de 2009

Eufemismos

El eufemismo y el disfemismo. Procesos de manipulación del tabú en el lenguaje literario inglés

Introducción
Ninguna sociedad escapa al peso del tabú y de la interdicción lingüística por liberal que pretenda ser o por el progresismo que pretenda aparentar. De hecho, los colectivos sociales nunca son totalmente indiferentes ante los distintos tabúes que, querámoslo o no, imponen un determinado estigma. Así, todo individuo se muestra sensible ante el tabú, temeroso y atraído a la vez, y se sirve de él para preservarlo, quebrantarlo o incluso disfrazarlo. Por ello, la postura ante lo prohibido dice mucho del ser humano, de sí mismo y de su dimensión social. De ahí se deduce que el fenómeno de la interdicción se ha de contemplar no sólo como materia de investigación lingüística, sino también como fuente reveladora de la conciencia individual y colectiva de los usuarios de una lengua.
La presente obra pretende descubrir y analizar qué se esconde tras el disfraz lingüístico del tabú a partir de las claves que nos aporta el envoltorio formal que adopta el referente interdicto. Para ello, se aborda la interdicción lingüística como un hecho global en el que se distinguen tres fenómenos complementarios, el eufemismo, el disfemismo y los procesos mixtos, producto de la manipulación que sufre el referente tabú al considerar la lengua como discurso. Por consiguiente, nuestro estudio ofrece herramientas de análisis lingüístico que surgen tras considerar el tabú verbal como un hecho que trasciende los límites de un enfoque estrictamente lexicológico y que requiere un análisis más ambicioso, en el que entren en juego cuestiones de índole pragmática.
Este trabajo presenta una visión más amplia e interdisciplinar de la ofrecida en los estudios llevados a cabo hasta la fecha sobre el complejo fenómeno de la interdicción. Para ello, se abandona la tendencia generalizada en la investigación lingüística que considera interdicción como sinónimo de eufemismo y que limita la manifestación lingüística del tabú al plano léxico, dejando de prestar la atención necesaria a los aspectos pragmáticos y discursivos que entran en juego en toda manipulación del referente. De hecho, en las décadas anteriores a los años setenta, los estudios sobre el tabú y la interdicción lingüística eran de carácter fundamentalmente semántico y lexicográfico (Ullmann, 1962 y Cela, 1969 respectivamente) y se adherían a la tendencia de presentar corpus léxicos divididos en distintos campos nocionales de interdicción. La década de los años ochenta supuso un punto de inflexión en los estudios relativos al tema, ya que se comenzó a adoptar una perspectiva más globalizadora que combinaba fundamentalmente tres vías de investigación: las causas extralingüísticas que mueven a la sustitución del término interdicto, el efecto que el cambio eufemístico produce sobre el léxico y la semántica y los procedimientos lingüísticos que generan los procesos de manipulación del referente. De este modo, se optaba por conjugar las causas extralingüísticas que motivan la sustitución con los procedimientos lingüísticos que generan los procesos eufemísticos y disfemísticos, a la vez que cuestiones pragmáticas y discursivas entraban a formar parte de la perspectiva investigadora.
A estas premisas se adhieren, en líneas generales, los excelentes trabajos de base léxico-semántica de Montero Cartelle (1981) sobre el eufemismo en Galicia y de Casas Gómez (1986) sobre la designación de la parcela léxica de «prostituta» en el español moderno, además de la tesis doctoral de Alonso Moya (1988) sobre el eufemismo en inglés. Estas investigaciones se ocupan exhaustivamente del eufemismo, prestando una especial atención a su vertiente lingüística. Sin embargo, se centran casi con exclusividad en el funcionamiento léxico del fenómeno eufemístico, subordinan a éste el disfemismo, que recibe un tratamiento marginal, y pasan de puntillas, en el mejor de los casos, por los procesos mixtos. En el ámbito anglosajón destaca la obra de Allan y Burridge (1991), que, bajo una perspectiva pragmática, está dedicada al funcionamiento del eufemismo y disfemismo en distintas esferas interdictivas, y el artículo de Warren (1992), que nos brinda un valioso modelo de análisis lingüístico del eufemismo. Igualmente destacables son los estudios del tabú en relación con distintas variables sociolingüísticas, tanto las dependientes de los usos lingüísticos (registros) como las relacionadas con las características de los hablantes (sociolectos). En este sentido, cabe señalar los trabajos relativos a la estratificación social del tabú lingüístico, como el de López Morales (1997 y 2001) en Puerto Rico, el de Martínez Valdueza (1995) en Las Palmas de Gran Canaria o el de Xiao (2003) con respecto a la sociedad británica. Hemos de dar cuenta igualmente de los estudios centrados en ámbitos interdictivos específicos, lo que conlleva una mayor especialización en una determinada esfera conceptual. Ello, sin duda, es bienvenido por parte del investigador ávido de información concreta sobre un determinado tema, aunque la visión del fenómeno que estos estudios nos proporcionan es, por su misma naturaleza, limitada y parcial. A esta tendencia se acogen, en los últimos años, Chamizo Domínguez y Sánchez Benedito, que en Lo que nunca se aprendió en clase (2000) analizan el eufemismo y el disfemismo exclusivamente en el lenguaje erótico inglés, ofreciendo un interesantísimo corpus léxico.[1]
Los antecedentes comentados confirman una tendencia generalizada de los estudios en torno a la interdicción lingüística: las referencias a la lengua literaria como fuente de análisis eufemístico y disfemístico resultan insuficientes. Cabe citar el magnífico repertorio lexicográfico de Partridge (1968) sobre el tabú verbal en la obra

Shakespeare y, ya más en nuestra línea de investigación, el trabajo realizado por Ham (2001), un estudio diacrónico del uso y motivación del eufemismo en tres muestras de la narrativa inglesa que combina, acertadamente, los mecanismos lingüísticos de formación con motivaciones extralingüísticas, aunque se limita al eufemismo sexual como fenómeno exclusivamente léxico, soslayando su carácter discursivo. Igualmente, hemos de dar cuenta de la memoria de licenciatura de Sánchez Mateo (1987), en la que ofrece un interesante estudio contrastivo sobre la interdicción de vocabulario en The Catcher in the Rye y en Lady Chatterley’s Lover. Ello no implica que la literatura esté ausente en otros trabajos sobre el eufemismo o el disfemismo (Beer, 1985; Casas Gómez, 1986 y Allan y Burridge, 1991, entre otros), aunque en ellos el análisis del eufemismo y disfemismo literario no constituye un fin en sí mismo o, como en el caso de Beer, se aborda de manera tangencial. Los casos citados, junto a algunos repertorios lexicográficos de eufemismos como el de Holder (2003), que destaca por la inclusión de ejemplos extraídos de fuentes literarias, prácticamente agotan el tratamiento que los procesos de manipulación del referente han recibido en la comunicación literaria. Con ello, corremos el riesgo de pasar por alto el carácter social del discurso literario, lo que entronca directamente con la vertiente pública y psicológica del fenómeno de la interdicción lingüística.
En nuestro trabajo hemos pretendido subsanar las limitaciones expuestas en los párrafos anteriores sobre los estudios relativos a la interdicción lingüística y, así, estudiar los procesos de manipulación del referente tabú como un fenómeno global e interdisciplinar del que forman parte los procesos eufemísticos, disfemísticos y mixtos, entendidos como categorías con tres vertientes complementarias: lingüística, pragmática y literaria. Para ello nos servimos conjuntamente de los supuestos y el aparato teórico de la lexicología, la sociolingüística y la pragmática y partimos de una premisa fundamental: el lenguaje se ha de considerar como modo de acción dentro de un contexto discursivo que actúa como marco integrador de las distintas variables que afectan al acto comunicativo y que determinan, en último extremo, el valor eufemístico, disfemístico o mixto de un acto de habla.
Con el objeto de dar concreción a este propósito, nos hemos marcado distintas metas de carácter más específico que afectan tanto a la dimensión lingüístico-pragmática del fenómeno como a su dimensión literaria. En primer lugar, determinar las características del fenómeno eufemístico y disfemístico y de los procesos mixtos como categorías no sólo léxicas, sino también discursivas, considerando para ello el contexto como el marco en el que estos procesos actualizan su significado pragmático y, con ello, su fuerza mitigadora u ofensiva. En segundo lugar, sistematizar los mecanismos que generan los procesos eufemísticos, disfemísticos y mixtos y, de ahí, proponer un modelo taxonómico que dé cuenta de su funcionamiento. En tercer lugar, delimitar en qué sentido el juego eufemístico y disfemístico actúa sobre el lenguaje literario y analizar las modalidades de atenuación verbal en literatura, prestando una atención especial el eufemismo estético. Por último, ofrecer un corpus de los procesos eufemísticos, disfemísticos y mixtos observados en distintas muestras de la literatura inglesa utilizadas para ejemplificar la parte descriptiva de nuestra obra.
Cabe destacar que los ejemplos propuestos en esta obra se han extraído del lenguaje literario inglés, a excepción de aquellos que corresponden al uso del eufemismo y disfemismo en otros medios como la prensa política, la publicidad o la comunicación oral. Con ello, rompemos la tendencia a basar los estudios sobre la interdicción lingüística en corpus procedentes de material de los medios de comunicación (Alonso Moya, 1988), de una diversidad de documentos escritos (Chamizo Domínguez y Sánchez Benedito, 2000) o de fuentes escritas y orales (Casas Gómez, 1986). Nuestra elección de una base documental literaria responde a dos causas fundamentales. Por una parte, y como ya hemos señalado, los trabajos precedentes sobre la manipulación del referente no se han basado, de forma exclusiva, en el lenguaje literario, a excepción de los llevados a cabo por Partridge (1968) y Ham (2001), citados anteriormente. Por otra parte, consideramos que la literatura constituye una forma de discurso social, como la entendió Fowler (1981: 80), para quien los textos literarios se pueden considerar como una fuente de relaciones no sólo lingüísticas, sino, lo que resulta especialmente revelador, de ideología, rol o clase social. No en vano, en el texto literario asistimos a muestras de lenguaje en uso dentro de un contexto pragmático y fraseológico de enunciación, ejemplos de comunicación real en contextos reales (Simpson, 1988: 273). Por ello, el análisis del discurso literario se beneficiará de un acercamiento pragmático-discursivo a fenómenos de naturaleza marcadamente social como son el eufemismo, el disfemismo y los procesos mixtos.
En la elección de las obras literarias en las que nos hemos basado para ejemplificar la interdicción lingüística y la manipulación del referente, hemos tenido en cuenta la propia naturaleza de nuestra investigación y los fenómenos lingüísticos a los que se iba a aplicar. Así, partimos de la idea de que los procesos eufemísticos, disfemísticos y mixtos deben nacer del propio texto, algo que Ullmann (1968: 154) consideraba esencial: «Una condición sine qua non del éxito [...] es que el artificio examinado brote del texto mismo, en lugar de serle superpuesto desde fuera». Así, se trata de obras en los que el lenguaje utilizado supone, en mayor o menor medida, un reto para el lector y para las restricciones morales y sociales de cada época,[2] lo que resulta imprescindible en un estudio sobre la interdicción lingüística. A fin de minimizar variables, las obras manejadas pertenecen a la literatura inglesa y son representativas de cada periodo, con lo que hemos pretendido ver cómo el tabú se presentaba al gran público, huyendo, por tanto, de la literatura marginal o de minorías. Sin embargo, el conjunto de obras con las que hemos ilustrado nuestro trabajo dista mucho de ser homogéneo. De hecho, los textos corresponden a géneros y periodos distintos y presentan características propias. En lo que respecta al género, hemos combinado la narrativa y el teatro, pues la novela favorece la descripción fidedigna de los hechos (dentro de un marco necesariamente ficticio), mientras que el discurso dramático, debido a su carácter dialógico, refleja más fielmente el potencial expresivo que ofrece la lengua. Por parte, el periodo elegido es lo suficientemente amplio para permitir una visión de conjunto del tabú y de sus distintas manifestaciones lingüísticas. Así, las obras del corpus se sitúan en un lapso de tiempo que abarca desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. El punto de partida fue la época victoriana, por tratarse de un momento histórico caracterizado por sus fuertes restricciones morales y sociales y, por tanto, especialmente sensible al tabú. Teniendo en cuenta las premisas comentadas, las obras elegidas como base documental del presente trabajo fueron las siguientes: Barry Lyndon (1844)[3] de William Makepeace Thackeray, Hard Times (1854) de Charles Dickens, Mrs. Warren’s Profession (1890) de G. B. Shaw, The Rainbow (1915) de D. H. Lawrence, Room at the Top (1954) de John Braine, Enjoy (1980) de Alan Bennett, A Certain Age (1998) de Rebecca Ray y Yellow Dog (2003) de Martin Amis.
Las obras de las que está constituido nuestro corpus y de las que nos hemos servido para ejemplificar los procesos de manipulación del referente son exclusivamente las citadas en el párrafo anterior. Sin embargo, hemos incluido referencias a otros textos que, de un modo ocasional, nos han servido igualmente para ilustrar distintos conceptos. Estas otras obras son las que citamos a continuación: Gulliver’s Travels (1726) de Jonathan Swift, Joseph Andrews (1742) de Henry Fielding, Memoirs of a Woman of Pleasure (1749) de John Cleland, Lady Windermere’s Fan (1898) de Oscar Wilde, Dead Babies (1975) de Martin Amis y Nice Work (1988) de David Lodge.
La estructura capitular de esta obra se corresponde con los distintos procesos de manipulación del referente tabú. El primer capítulo, de carácter introductorio, se dedica a conceptos generales sobre el tabú, la interdicción y la manipulación del referente. En este capítulo quedan delimitados los conceptos básicos de nuestra investigación (eufemismo, disfemismo, cuasieufemismo y cuasidisfemismo) y se revisan conceptos afines a la variación eufemística y disfemística (la denotación y la connotación, la sinonimia y la doblez expresiva). Asimismo, se repasan las distintas disciplinas implicadas en estos procesos, prestando especial atención a la pragmática.
En el segundo y el tercer capítulo se analizan, respectivamente, los procesos eufemísticos y disfemísticos de manipulación del referente siguiendo una estructura similar, ya que, pese a tratarse de fenómenos opuestos, admiten prácticamente la misma teorización. Así, después de ofrecer un marco teórico, se ofrece en estos capítulos una definición de naturaleza discursiva del eufemismo y disfemismo y se repasan las teorías pragmáticas pertinentes en el análisis de ambos procesos. Como fenómenos puramente lingüísticos, una vez presentadas sus implicaciones semánticas y su relación con la metáfora, se ofrece un modelo taxonómico de los recursos lingüísticos de generación eufemística y disfemística. El último apartado de estos dos capítulos se ocupa del funcionamiento del eufemismo y disfemismo literario como resultado de una doble manipulación del referente tabú que, en el caso del proceso eufemístico, da lugar a la variante del eufemismo estético, modalidad de atenuación producto del uso connotativo del lenguaje que otorga un valor poético al disfraz eufemístico.
El capítulo cuarto se divide en los dos procesos mixtos planteados en este trabajo: el cuasieufemismo y el cuasidisfemismo, fenómenos discursivos en los que la locución es de distinto signo a la fuerza ilocutiva. En cada uno de estos procesos se presentan sus implicaciones pragmáticas y se establecen sus distintas variantes y finalidades en el discurso.
En el capítulo quinto y último se ofrecen las conclusiones extraídas del análisis de los procesos de manipulación del referente analizados. Estas conclusiones hacen referencia, por un lado, a cuestiones teóricas concernientes a la interdicción lingüística, y, por otro lado, a las implicaciones del fenómeno interdictivo en el discurso literario. Asimismo, se apuntan posibles nuevas vías de investigación sobre el tema.
Finalmente, y como derivación lexicográfica de nuestro trabajo, se presenta un corpus de la manipulación del referente en el lenguaje literario compuesto por la práctica totalidad de las locuciones eufemísticas y disfemísticas que han aparecido en los cuatro capítulos de la obra para ejemplificar los conceptos lingüístico-pragmáticos expuestos. El corpus se limita al lenguaje literario, por lo que no tienen cabida en nuestros apéndices aquellos ejemplos procedentes de otros medios, como la prensa, la radio o la televisión, ni los casos de eufemismos o disfemismos en castellano que nos han servido para ilustrar realidades socioculturales de España o Hispanoamérica. Tampoco se incluyen los ejemplos de origen literario que hemos tomado de otros autores y que así hemos reflejado en el lugar correspondiente del texto o aquellos que no corresponden a las obras elegidas. Se ha dividido el corpus en tres anexos, uno dedicado a los eufemismos, otro a los disfemismos y un tercero a los procesos mixtos, en los que se aporta la cita de la obra literaria en la que aparece la locución eufemística o disfemística que se ha utilizado en el trabajo. De ese modo, hemos intentado facilitar la contextualización de las locuciones utilizadas como ejemplos, lo que resulta imprescindible en el estudio de fenómenos que pertenecen al plano del habla, de la lengua en uso y dependen de un contexto fraseológico y pragmático de enunciación para actualizar su función, ya sea mitigadora u ofensiva. En consecuencia, a lo largo de este estudio consideramos que las formas con valor eufemístíco o disfemístico no se pueden entender en términos absolutos, ya que un análisis descontextualizado de fenómenos de habla como los que nos ocupan resultaría, a todas luces, improductivo. Por tanto, un apéndice lexicográfico que aporte el contexto pragmático de enunciación de cada caso de locución eufemística o disfemística complementa de forma eficaz un estudio descriptivo de fenómenos de habla como el presente.
Tan sólo me resta advertir al lector que los procesos de manipulación lingüística del tabú han de estudiarse con cautela, ya que son fenómenos relativos y cambiantes que se escapan a una fácil e inmediata sistematización lingüística. De hecho, no estamos ante compartimentos estancos, sino ante muestras de lenguaje en acción, sujetas a la imprevisibilidad del uso del lenguaje y a su funcionalidad dentro de un contexto. Ello nos lleva a adoptar una postura, coincidiendo con Casas Gómez (1986: 239), que, en cierta medida, puede paliar posibles deficiencias que el lector encuentre en esta obra: «[D]ebemos ser cautos y no olvidarnos de que, en el fenómeno lingüístico que nos ocupa [sc. la interdicción lingüística], únicamente podemos trazar ciertas pautas a seguir, pero nunca normas taxativas». Además, hemos de tener en cuenta que el registro de los sustitutos eufemísticos y disfemísticos, así como su adscripción a un determinado mecanismo lingüístico, es un proceso sujeto a la interpretación del investigador y, por lo tanto, de carácter enteramente subjetivo, por lo que el presente trabajo, lejos de pretender sentar bases categóricas sobre la manipulación del referente, está abierto a otras perspectivas e interpretaciones que, sin duda, enriquecerán eficazmente nuestro estudio y contribuirán a la reflexión sobre los distintos ropajes lingüísticos que adopta el tabú.
Deseo expresar mi más sincera gratitud al profesor Antonio Lillo por su inestimable ayuda en la redacción de esta obra.
Alicante, enero de 2006
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[1] En el ámbito de la lexicografía del eufemismo, merece la pena citar los dos diccionarios de Sánchez Benedito (1998, 2004), igualmente centrados, de un modo específico, en el léxico erótico inglés.
[2] La consecuencia más evidente de dicha realidad es el veto que recayó sobre algunas de las obras seleccionadas para nuestro corpus, como Mrs. Warren’s Profession y The Rainbow. La censura se puede considerar como un índice del grado de aceptación pública del tabú y como un exponente de los códigos morales imperantes en cada momento. El tabú más determinante en el veto de las obras literarias ha sido el sexual y, de hecho, textos como Ulysses de James Joyce, The Well of Loneliness de Radclyffe Hall y, especialmente, Lady Chatterley’s Lover de D. H. Lawrence, entre muchas otras, fueron prohibidas por su supuesta obscenidad. En el ámbito anglosajón, la censura por este motivo experimentó un declive considerable a partir de la segunda mitad de los años cincuenta, a lo que contribuyó decisivamente la resolución favorable en el juicio contra Lady Chatterley’s Lover, que abrió una época de mayor libertad expresiva y una mayor aceptación de tabúes lingüísticos y voces obscenas en el medio escrito.
[3] Todas las referencias a los años de las obras citadas en este apartado se refieren a la primera edición de las mismas, fecha que no suele coincidir con las ediciones manejadas. Las obras en las que hemos utilizado la primera edición son, lógicamente, las más actuales, aquellas escritas a partir de 1980.

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